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sábado, 26 de marzo de 2011

PABLO: UN MODELO PARA LA MISIÓN HOY

Se nos ha invitado a hablar del apóstol Pablo y sus aportes para la misión de hoy. Es un tema bastante amplio, por lo que dividimos la reflexión en dos partes: (1) algunas pistas para valorar lo que significó su experiencia misionera; (2) unas claves misioneras tomadas de sus cartas.  
1. ASPECTOS QUE DESTACAN EN LA VIDA DEL MISIONERO PABLO
·         Pablo era de la diáspora, es decir judío por herencia, no por conversión. De familia fariseo, pertenecía a la tribu de Benjamín (Flp 3,5), lo que le garantizaba la bendición de Abraham (Rom 9,3-5). Según He 22,3 había nacido en Tarso de Cilicia (22,3).
·         No llevaba mucho tiempo en Tarso, pues aún está viva su identidad judía, y el influjo helenista no es fuerte en su vida. Respecto a su ciudadanía romana (He 16,38), algunos creen que es posible que su familia haya sido esclava y, al recuperar la libertad, trabajó bastante hasta poder adquirirla.
·         Según He 22,3, Pablo se formó en Jerusalén, con Gamaliel. Como alumno debió aprender un oficio manual que, contrario al mundo griego, tenía prestigio en el judaísmo. Pablo fue fabricante de tiendas (He 18,3; 1Tes 2,9; 2Cor 11,7).
·         Es probable que Saulo haya sido misionero judío, "guía de ciegos, luz de los que andan en tinieblas, educador de ignorantes, maestro de niños" (Rom 2,19s). En Galacia fue tildado de "doble" ya que, parece, que predicó la circuncisión. En defensa, él reconoce que en otro tiempo fue predicador de ello (Gál 5,11), pero no hay evidencia que lo haya hecho siendo cristiano.
·         Respecto a su estado civil, sabemos que, al escribir 1Cor era libre (7,8; 9,5); debía ser soltero, viudo o divorciado. Lo normal entre aprendices de rabino era casarse a los 18 años, pero el celibato de Qumrân y algún rabino, indica que la posibilidad era viable. Su doctrina acerca del divorcio por diferencia religiosa (1Cor 7,15) deja abierta la puerta que él mismo lo haya realizado.
·         Pablo tiene su experiencia de Dios, en un momento en que la primitiva comunidad vive una situación compleja: están los ortodoxos de Jerusalén, los heterodoxos samaritanos, los helenistas con sus sinagogas propias (He 6,9) y otro que eran de grupos inconformes (Qumrân o bautista).
·         He 6,1-6 narra la primera tensión, suscitada por el privilegio de las viudas hebreas sobre las helenistas. Se soluciona el tema nombrando siete diáconos que atiendan las mesas. ¡Todos tienen nombres griegos! Ellos se dedican a servir, a predicar y a realizar signos (He 6,8; 8,5s.; 21,8).
·          Los helenistas, por su realidad cultural, comienzan a relativizar la ley y el templo (He 6,11-14), lo que los vuelve odiosos al judaísmo y al judeo-cristianismo (He 2,46s; 3,1). Esteban, jefe del grupo helenista, es juzgado y condenado por el sanedrín (He 6,15; 7,58); los helenista son expulsados de Jerusalén (He 8,1b), mientras los hebreos continuar allí (He 8,1c).
·         Los dispersos llevan el mensaje cristiano al judaísmo heterodoxo (He 8,6s), a los "temerosos de Dios" (8,35) e incluso a los paganos (11,20). Así se forma la comunidad de Antioquia, mixta desde su origen. Al estar lejos de la sinagoga, los pagano-cristianos (incircuncisos) pueden asistir al culto, por eso se los empezará a llamar "cristianos" (He 11,26).
·         El escenario está listo para que Saulo persiga “blasfemos” (Gál 1,14). Es raro que en la lapidación de Esteban (7,58b; 8,1a), con 30 años, Saulo no haya participado en ese evento. Tampoco es claro como el sumo sacerdote, sin atribución en la diáspora, lo haya autorizado a apresar cristianos (22,5; 26,12).
·         Es innegable es que Saulo persiguió a la iglesia (Gál 1Cor 15,9; Flp 3,6). No sabemos cómo fue dicha persecución, pero una pista la da el mismo Pablo: "cinco veces recibí de los judíos cuarenta azotes menos uno, tres veces fui azotado con varas, una vez fui apedreado" (2Cor 11,24s).
·         A raíz de su conversión (He 9,1-19; 22,6-21; 26,12-18; 1Cor 9,1; 15,8; Flp 3,12), su vida quedó dividida en un antes y un después (Flp 3,7s; 2Cor 5,16s). Pablo no deja de ser entregado, entusiasta, fanático y hasta intransigente, sólo que ahora está al servicio de Jesucristo. Por eso creemos, psicológicamente, “conversión” no es el término adecuado. Lo que ocurrió con él fue un cambio de paradigma: lo que había tenido por santo hasta su encuentro con Cristo se volvió secundario y adquiere una nueva conciencia del pecado. ¡La salvación no llega por justicia propia sino como don de Dios! (Flp 3,9).
2. ALGUNAS PISTAS QUE MARCAN LA MISIÓN DE PABLO
Podemos concluir este breve esbozo del itinerario de Pablo, ensayando algunas anotaciones de la vida de Pablo, siempre en perspectiva misionera:
·         Pablo es un hombre cosmopolita.- Vivió en dos culturas diferentes: su origen es judío (Fil 3,5-6), pero su estilo de vida es propio de su ciudadanía romana y formación griega (He 16,37-39). Pablo habló y escribió en griego koiné (He 21,37), lo que le permitió comunicarse con gente de otras razas y culturas. Además hablaba arameo (o hebreo – He 21,40; 22,2) y latín. Hablar varias lenguas le facilitó sus viajes misioneros en Antioquía, Éfeso, Filipos, Corinto, Atenas y Roma.
·         Lleva "una espina en la carne".- Hechos describe un Pablo saludable, que irradia fuerza, que está lleno de confianza en sí mismo, que posee energía para cubrir grandes distancias. Sin embargo, Gál 4,13-15 muestra otra faceta:
Recuerdan la primera vez que les anuncié el evangelio con motivo de una enfermedad mía; no me despreciaron ni me hicieron ningún desaire, aunque mi estado físico los debió tentar a eso; al contrario, me recibieron como mensajero de Dios, como a Jesucristo en persona. Siendo así, ¿dónde ha ido a parar esa dicha? Porque hago constar en honor a ustedes que, a ser posible, se habrían sacado los ojos por dármelos (Gál 4,13-15).
¿Qué mal padecía? Algunos suponen que sufriría una dolencia en los ojos: ceguera, cataratas u otra enfermedad. 2Cor 12, 6-9 nos da otros datos del tema:
Y eso que si quisiera presumir, no sería insensato, diría la pura verdad, pero lo dejo para que nadie me tenga en más de lo que puede sacar viéndome u oyéndome y por lo extraordinario de las revelaciones. Por eso, para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne, un emisario de Satanás, para que me abofetee y no tenga soberbia. Tres veces le he pedido al Señor verme libre de él, pero me contestó: `Te basta con mi gracia, la fuerza se realiza en la debilidad'.
Muchos afirman que pudo ser una forma de epilepsia, pero no es seguro (pudo ser otra enfermedad física). Pablo siguió resueltamente su camino, sin ignorar sus deficiencias; supo, por experiencia propia, lo que era la fragilidad corporal y espiritual, pero sacó fuerzas y llevó a cabo la tarea encomendada por Dios.
·         Vive un cambio de horizonte: Hay tres narraciones de su conversión en Hechos (9,1-19; 22,6-21; 26,12-18), que chocan con la sobriedad de Pablo al narrar su experiencia con el Resucitado (1Cor 9,1; 15,8; Flp 3,12), que lo envía a misionar (Gál 1,16). Parece que este suceso es tan íntimo que Pablo no quiere promocionarlo. El relato de Lucas es, más bien, simbólico; él usa el típico relato de vocación profética del AT: teofanía, caída, rehabilitación y envío (Is 6,1-10; Jer 1,4-10: únicos profetas enviados a paganos).
Su experiencia de Cristo trastocó su formación. Ahora, la Teología la entiende como gratuidad de salvación; la Misión es predicar que Dios acoge también a los paganos; La espiritualidad es no gloriarse de la ley, sino aceptar agradecido el don gratuito de Dios. ¡Ese es su evangelio! En contacto con la comunidad aprenderá las fórmulas kerigmáticas (1Cor 15,3) y las tradiciones (1Cor 11,23) que sólo completaran su evangelio.
·   Está marcado por la inminencia de la Parusía.- Lo primeros tiempos de la comunidad fueron marcados por un gran fervor escatológico. Creían que la resurrección de Jesús iniciaba la resurrección de los muertos (Rom 1,3ss; 1Cor 15,20.23). ¡Esperaban la Parusía de Jesús! Ella quedó grabada en la primitiva invocación de Pablo: “Marana tha” (1Cor 16,22); y es que Pablo creía que la segunda venida estaba cerca (1Tes 4,13-18; 1Cor 15,1; 11,32). Por ello, se sintió responsable de salvar a cuantos fuese posible, antes de la llegada del fin (Rom 1,14). Más tarde, al sentir que la Parusía no sería tan rápida, siguió predicando con ardor, pero decía que Dios estaba dando la última oportunidad de arrepentimiento a los pecadores (Rom 11,11ss).
Cuando la esperanza de la parusía inminente se extinguió, la segunda generación cristiana comenzó a organizarse como un cuerpo doctrinal que buscaba garantizar la estabilidad. Este es el comienzo del catolicismo, "lógica reacción al fracaso de la esperanza de la parusía".
3. MISION: EVANGELIZAR, PROCLAMAR Y DIALOGAR
Para esta parte proponemos algo ambicioso: centrarnos en el tema central de cada una de las cartas del cuerpo paulino, aunque no sean propias de Pablo; la intención es ver la realidad de cada comunidad y reconocer allí la pedagogía usada por Pablo o sus seguidores. No ahondamos en temas importantes (estructura, origen, críticas), sino sólo en la realidad de la comunidad y en la respuesta pastoral. 
3.1 TESALONISENSES: LA COMUNIDAD ALTERNATIVA
a. El nacimiento de la comunidad.- Tesalónica poseía una importante industria de tintura de la púrpura, que favoreció la formación de una población cosmopolita, formada por grupos egipcios, judíos y de otras etnias.
El origen de la comunidad está marcada por la suerte de Pablo en Filipos, donde tuvo dificultades, que lo llevaron hasta Tesalónica (1Tes 2,2; He 16,12-40). Allí, Pablo formó parte del inmenso grupo que dependía de su trabajo para sobrevivir.  
Después de partir de Tesalónica, Pablo se dirigió a Atenas, donde recibió noticias desalentadoras de la comunidad; por eso envía a Timoteo a verificar. Al regreso de éste, ya en Corinto, comprobó que eran mentiras, por lo que decidió escribirles una carta para alentarlos y consolarnos, probablemente hacia el año 51.
La comunidad estaba compuesta fundamentalmente por no-judíos (1Tes 2,14; 1,9); eso se confirma por los nombres de personas de la comunidad: Jasón (He 17,7), Aristarco y Segundo (He 20,4). Dos nombres griegos y uno latino. Era una comunidad de artesanos (se menciona mucho el trabajo) de la ciudad. A ellos, Pablo, imposibilitado de estar presente, les expresa su ternura, derivada del común destino de persecución y trabajo, y del deseo de ser fieles a Jesús[1].
El discurso sobre la venida del Señor fundamenta un doble futuro: alivio para los creyentes y aflicción para los incrédulos. Por otra parte, la comunidad está sufriendo una crisis “apocalíptica”: hay confusión, turbación y alarmismo que llevan a los creyentes a eximirse de las cargas laborales.
b. La clave misionera de Tesalonicenses
Las comunidades paulinas intentan vivir su fe en un medio hostil. Compartiendo la tarea de la construcción del mundo (1 y 2Tes insisten en el trabajo), y con la esperanza puesta en el Señor, la comunidad está llamada a convertirse en signo del Reino.
·         Evangelizar en un "mundo hostil". Los creyentes de Tesalónica sufrían persecución. Hoy parece que el mundo es adverso y hasta hostil a nuestra evangelización. La evangelización coexiste con una globalización que suele ser deshumanizante: poder global, mono-cultura, economía neoliberal, uniformismo étnico, cultural, religioso, de clase, de género).
Hay que discernir el desafío para el catequista de hoy. Pablo, frente a su "mundo hostil", sintió que eso era parte importante del seguimiento a Jesús. Vio allí una oportunidad de reforzar la identidad y esperanza cristiana. Sin romper con el entorno, ya que el Evangelio brilla para los "hijos de la noche", Pablo nos invita a dar testimonio de perseverancia, trabajo y opción por el bien.
Este mundo ajeno y adverso al cristianismo, nos exige ser catequistas de vida alternativa, capaces de volver a ser "fermento en la masa", que apuestan por una "agenda-esperanza": discernir, reestructurar e inculturar la esperanza.
Un punto de oración y compromiso para el catequista es practicar la solidaridad, el testimonio y la difusión del Evangelio. ¿Qué significa para el catequista ser "hijos del día; no ser de la noche ni de las tinieblas”?
3.2 CORINTIOS: LA ATENCIÓN AL DÉBIL
a. La comunidad.- Corinto es la que mejor conocemos; allí se formó una iglesia numerosa (He 18,10) y de gran vitalidad (1Cor 12,28-30). Debemos mucho del pensamiento de Pablo a las inquietudes, iniciativas, desórdenes y excesos de esta comunidad, lo que le ofreció al apóstol oportunidad de reflexionar sobre la fe y extraer en cada caso las orientaciones oportunas.
Corinto era la capital de la provincia de Acaya, residencia del procónsul. Allí convivían orientales y occidentales, atraídos por sus dos puertos (Lekeo y Cencres), su centro militar y, sobre todo, por el templo a la diosa Afrodita, donde llegaron a ejercer hasta 1000 prostitutas sagradas. Tratándose de un centro comercial, no podía estar ausente una gran diáspora judía (He 18,8.17).
El "conflicto de Antioquía" (Gál 2,11-15) fue el 49. Pablo sale a su primer viaje misionero acompañado de Silas (He 15,40) y, luego, Timoteo (He 16,3). Los tres evangelizan Filipos, Tesalónica, Berea y Atenas (He 17,15); desde Atenas, Pablo envía a sus colaboradores en visita a Tesalónica y Filipos (1Tes 3,1s; He 18,5), mientras él pasa a Corinto (He 18,1).
En Corinto se encuentra con Aquila y Prisca, que llegan de Roma expulsados por Claudio. Es el año 49. Según He 18,11 Pablo estuvo en Corinto año y medio. Pese a que lo antecede el matrimonio antes mencionado, Pablo aclara que él fue el primer evangelizador de Corinto (1Cor, 4,15; 2Cor 10,14), aunque reconoce la valiosa colaboración de Silvano y Timoteo (2Cor 1,19), quienes son
La iglesia de Corinto es en su mayoría pagano-cristiana (1Cor 12,2); conservan sus antiguas relaciones sociales con el paganismo: van a fiestas y banquetes (1Cor 10,27), reviven su pasado religioso (1Cor 8,7), muchos sienten tentación de volver al templo de Afrodita (1Cor 6,15.18).
También un grupo significativo de judeocristianos (1Cor 10,1-14) que se identifican con la predicación judeo-petrino (1Cor 1,12; 2Cor 11,21ss). Ellos son los que suscitan el problema con relación a los alimentos (1Cor 8,10)
También hay dificultades económicas ("Miren hermanos, quiénes han sido llamados. No hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de la nobleza" - 1Cor 1,26) y sociales (“No tienen casas para comer y beber? ¿Desprecian a la Iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Tendré que aprobarlos? - 1Cor 11,22).
1Cor 5,9 informa que ya se le dirigió otra carta a la comunidad, cuyo contenido prohibía juntarse con impuros. Se conserva pasajes de ese escrito en 2Cor 6,14-7,1 (contra el impuro); 1Cor 5,1-8 (incesto); 6,1-11 (juicio de los paganos); 10,1-22 (idolatría); 11,2-34 (desorden litúrgico); 15,1-58 (el que no admite la resurrección); y quizá 16,5-11 (noticias personales y despedida).
El rigorismo de Pablo parece desorientar a la comunidad: ¿cómo vivir separados de los impuros en una sociedad donde abunda el desenfreno moral? ¿Cómo solucionar los pleitos sin recurrir a tribunales paganos, si no existen otros tribunales? ¿Cómo evitar comer carne consagrada a los ídolos si uno es invitado a casa de parientes que siguen siendo paganos? Ello obliga a los corintios a presentar a Pablo una serie de consultas (1Cor 7,1).
Pablo dirige una carta a la comunidad (1Cor), en la que recorre los problemas que se le presentan y aclara los malentendidos de la carta anterior. Más seguro de la buena marcha de la comunidad (1Cor 16,17s.), Pablo adopta una actitud menos rígida y les explica temas como la castidad (6,12-20), el matrimonio y la virginidad (7,1-40), la carne inmolada a ídolos (8-9; 10,23-11,1), los carismas (12,1-31a; 14,1c-40), etc.
Los avatares mencionados y la redacción de las cartas fueron entre el 52-53.
b. La clave misionera en Corintios
Corintios nos abre a una dimensión importante: el servicio se hace desde "la debilidad". El catequista vive su vocación y misión en de una experiencia de doble debilidad: la que proviene de su limitación propia, y la que surge de la opción de servicio. Superar esa debilidad implica hacer varias opciones:
·   Hacerlo por caridad, no por limosna. Debemos vivir con actitud de tolerancia, pero evitando mirar al otro como “desgraciado” al que ayudo. Proclamarse solidario es, a veces, la mejor manera de preservar el "estatus".
Nunca como hoy ha habido conciencia tan profunda de la pluralidad y diversidad de las tradiciones locales, del pluralismo lingüístico, de la diversidad de etnias. La diversidad es una opción cristiana, entiendo "un solo rebaño y un solo pastor" como expresión de "la casa común" donde trabajamos unidos para construir el Reino.
Con todo, debemos tener cuidado de que la pluralidad en lo secundario no opaque la unidad en lo esencial, porque si no surgen ensayos desesperados que desnaturalizan el Evangelio, debilitan la unidad eclesial y aumentan las dificultades para la evangelización.
·   Rebeldes con causa. La imagen de Christofer Reeve (superman) en silla de ruedas fue de impotencia. Nos preguntamos: ¿Por qué a él sí y a mi no? ¿Cómo asumir la experiencia de impotencia que siento? La realidad cambia y también el modo de afrontar la vida e incluso el estilo de vida: ¿Nuestra catequesis está anclada en tiempos pasados?
También existen los "débiles" en nuestros  grupos, y muchas veces con ellos nos ensañamos, quizá para ocultar lo propio de debilidad que tenemos. Podemos preguntarnos cómo está nuestra disponibilidad, nuestra pertenencia a la familia, a la Iglesia católica al país.
·         Seguir sembrando en terrenos pedregosos. La pregunta de hoy es si vale la pena re-evangelizar viejas culturas que ya no creen o por lo menos viven en la frialdad de la fe. Karl Rahner decía que el hombre de hoy es el hombre de siempre. La apertura a la Trascendencia es de siempre, porque su ausencia nos lleva a languidecer. La ciencia no ha hecho desaparecer la fe religiosa. ¿Cómo entender el deseo de un estilo de vida ecológico, que busca el silencio, lo natural, lo humano? ¿Cómo entender el esoterismo, tarot, alquimia, teosofía?
La fraternidad /sororidad no se vende ni prostituye. La solidaridad es el sustituto moderno y laico de la fraternidad / sororidad, palabras en desuso. La solidaridad pierde un rasgo importante en su confrontación con la fraternidad: la confesión de la paternidad/maternidad de Dios. Para Pablo es insuficiente la solidaridad asistencial; debemos hablar de solidaridad como renuncia a algo: "Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida" (Juan Pablo II); “si el universo se convierte en un océano y no tienes agallas para respirar, ¿en qué consiste, hijo mío, la sabiduría: en conseguir agallas o en ahogarte?" (Monje anónimo del s. X).
3.3 LA CARTA A LOS GÁLATAS: EN LA LIBERTAD DE LA GRACIA
a. La comunidad.- Aunque la carta no es extensa, es como un arrebato de cariño y un grito de dolor de Pablo. En ella quedó plasmado su carácter, lo más fiable de su experiencia de vida y el núcleo de su Evangelio. La escribió apresurada y apasionadamente, hacia el 55 para las comunidades de Galacia, evangelizadas durante el segundo viaje (49-52), exceptuando las ciudades del sur (Iconio, Listra y Derbe), evangelizadas por Bernabé y Pablo en su primer viaje (45-49), pues sus habitantes no eran llamados gálatas.
La inseguridad religiosa existente, llevó a la gente a buscar la buena suerte en astrólogos, magos, hechiceros, curanderos, adivinos, consejeros, filósofos, misioneros, vendedores y charlatanes. La buena presentación, la elocuencia, el pose majestuoso y la posesión de fuerzas ocultas (curar, adivinar o conjurar el destino), era la manera más eficaz para hacer adeptos, y amasar riquezas…
Pablo se preocupó por distinguir su misión de tanto charlatán, así como de judíos y judaizantes. En su segundo viaje, ya guarda un estilo original (Cf. 1Tes 2,1ss): “La exhortación no procede del error, ni de la impureza, ni es falaz (v.3); no busca agradar a los hombres (v.4); nunca, con palabras aduladoras, ni con pretextos de codicia (v.5); ni buscando gloria humana (v.6)...”.
Su modelo de apostolado es el amor maternal y servicial, que busca atraer oyentes, siendo modelo de creyente. En el tercer viaje, cuando se enfrenta a los "falsos hermanos", continúa con ese estilo, aunque ahora deba acudir a sus títulos personales para mostrar que su método supera las ínfulas adversarias.
Pese a los conflictos que tuvo con los gálatas, fue allí donde lo acogieron cuando sufrió una enfermedad repugnante (Gál 4,14). Fue una experiencia de Gracia que Pablo no olvidará jamás: la debilidad en la carne, participación en la Cruz de Cristo, es garantía de autenticidad y fuente de eficiencia.
Entre los elementos que destacan en esta carta podemos citar los siguientes:
  • El evangelio es uno y no viene ni de Pablo, ni de Pedro, ni de los hombres, ni de los ángeles, sino del designio de salvación del Padre.
  • El evangelio consiste en ser salvados por gracia, ser inseridos por la fe en Cristo muerto y resucitado, maldito por la ley.
  • La conducta del creyente no se rige por la esclavitud de la ley, sino que fluye de la docilidad al Espíritu de Cristo que le anima.
b. Clave misionera de la carta a los gálatas
La configuración con Cristo no es fruto del esfuerzo personal, sino de la docilidad al don del Espíritu derramado en nuestros corazones y que nos permite llamar a Dios ¡Abba! (Gál 4,6). Ese Espíritu nos impulsa a vivir la filiación al Padre y nos une a Cristo, quien nos convocó a ser catequistas. La lectura de la carta a los gálatas nos invita a revisar nuestra apertura al Espíritu.
·         Libertad. Indica unos valores que se afirman positivamente: independencia, autodeterminación, posibilidad de promoción social, progreso civil, etc.; pero, a veces, da pie a actitudes de muerte: aborto, desprecio al otro, eutanasia, etc. La libertad es invocada por algunos en nombre de su propia calidad de vida, generando una guerra del poderoso contra el débil. Con la complicidad de los Estados, se usa impresionantes medios contra las personas, ya al comienzo de la vida o cuando ésta se hace vulnerable por un accidente o enfermedad.
·         Volver a las viejas seguridades. Nuestra sociedad está preñada de inseguridades que empujan a buscar mensajes de buena suerte y revelaciones: santones, tele-predicadores, videntes... se colocan como signos de seguridad para los adeptos a quienes infunden miedo y les recrean ritos y observancias para heredar la promesa de salvación. Los que anuncian el Evangelio desde la desnudez de la fe son estigmatizados como no-apóstoles.
·         El servicio que da sentido a la autoridad. En la sociedad de Jesús, un valor dominante era el prestigio. Sobre él se edificaba la pirámide de la escala social. De ahí su actitud revolucionaria, al cambiar los esquemas, dándoles espacio a los pequeños, a los que no cuentan en la sociedad. Hoy, la escala social va unida al poder económico o al estatus. ¿Cómo vivimos dentro de nuestro grupo, en la iglesia, en la sociedad?
·         Conciencia y vivencia de la filiación. Estamos invitados a gritar “¡Abba!” con la misma familiaridad de Jesús, en una relación con Dios, no sentida como propiedad, sino como intimidad, comunión, responsabilidad y hasta herencia. A veces experimentamos la marginación de otros catequistas, el rechazo de padres y madres de familia, el desagradecimiento de niños y jóvenes. Pablo nos anima: Estas crisis es motivo "feliz" para afirmarnos en nuestra autonomía e identidad, para ser transparentes frente a la salvación que Dios nos ofrece.
3.4 LA CARTA A LOS ROMANOS: TODOS JUSTIFICADOS EN CRISTO
“No teniendo ya campo de acción en estas regiones” (Rom 15,23). Pablo termina su misión en la parte oriental del Imperio y busca ir a occidente (España). Para ello busca apoyo en la comunidad de Roma, que no ha sido fundada ni evangelizada por él. Esa es la razón por la que les escribe. Quiere presentar su misión y dar las razones teológicas que la fundamentan. Es decir, quiere hablarles de su "Evangelio". La carta es larga y razonada, y toca casi todos los temas teológicos paulinos. ¡Este es el gran testamento espiritual de Pablo! Escrito hacia el 55 o 57, desde Corinto. Pablo es consciente de que la comunidad de Roma está compuesta de judíos y no-judíos, pero dirige su carta a todos (1,7), aunque con énfasis especial en los no-judíos (1,5-6).
“Me debo a los griegos y a los bárbaros; a los sabios y a los ignorantes: de ahí mi ansia por llevarles el Evangelio a ustedes, habitantes de Roma” (1,14-15). Pablo quiere recoger entre los romanos algún fruto “al igual que entre los demás gentiles” (1,13). ¿Cuál era ese fruto? Creemos que se trata de una fe que, al no pasar por la ley, deja en claro la acción misericordiosa de Dios. De esta forma, la novedad cristiana queda más clara: no es ninguna reforma del judaísmo, ¡es la total novedad del Evangelio abierto a todos! Por medio de Jesús ha acaecido en el mundo lo que el mundo necesitaba: la posibilidad de ser todos hermanos, aun los que siempre han sido marginados.
“Jesucristo, Señor nuestro, por quien recibimos la gracia y el apostolado, para predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre entre todos los gentiles, entre los cuales se cuentan también ustedes» (1,4-6). Durante mucho tiempo se creyó que el tema central de romanos era la justificación por la fe. Esto fue consecuencia de la polémica católico - protestantes en torno a la justicia. Gracias a Dios, ya pasó el tiempo de la polémica luterana. Católicos y protestantes estamos de acuerdo en que sólo Dios salva, que el ser humano no se salva a sí mismo. Mirando más a fondo, la Carta a los romanos tiene un tema más central que afecta la existencia misma de la iglesia hoy: ¿Qué hacer con los cristianos venidos del paganismo, cuyas costumbres eran excluidas por todo judío fiel a su ley? ¿Cómo hermanarse con los judíos, para quienes su ley seguía siendo norma para toda relación, con Dios y con los demás?
"Ansío verlos, a fin de comunicarles algún don espiritual que los fortalezca o más bien para sentir entre ustedes el mutuo consuelo de la fe común” (1,11-12). La Iglesia, por definición, es de todos los que confiesan a Cristo, vengan de donde vengan. Esto llevó a Pablo a plantearse el problema: ¿Dónde situar a los recién llegados de las naciones? De la respuesta que se daba dependía el futuro de la iglesia naciente. Había que establecer el punto de unión de judíos y no-judíos. Los judeo-cristianos querían que los recién llegados sean circuncidados; Pablo creía que la unión nacía de la fe en Jesucristo. Unos nacían de la fe y otros de la circuncisión... ¡todo un absurdo! Cristo es el único principio de salvación, no la ley. Por eso, Pablo ansía tener el mutuo consuelo de la fe común: él es judío, ellos paganos. ¡Qué Gracia vivir juntos todos los que la historia, la diversidad cultural y las divisiones religiosas habían mantenido divididos!
b. Claves misioneras en la carta a los romanos
Nuestra misión es universal, pero ésta no es un concepto meramente geográfico, sino que se refiere también a los destinatarios y a los medios; es una actitud, un talante que nos mantiene atentos a los desafíos y urgencias misioneras. Romanos insiste en lo universal de la salvación de Dios y en la disponibilidad del apóstol para secundarlo (Rom 1,14-16). El designio universal de salvación de Dios, incluye a todos y exige trabajar por la creación de una comunidad (sociedad, iglesia) que no "excluya" a los que Dios ha "incluido". Optar por aquellas personas o grupos que viven experiencias de "exclusión", no implica renunciar a la dimensión universal misionera. ¡Es actuar hoy y aquí!
·         Frente a los "excluidos" del mundo. Parece que el mundo hoy, está "apoderado por la iniquidad", que "sufre fuertes dolores, ansiando verse librada". Es voz común que la corrupción y la injusticia invaden todos los estratos sociales; la exclusión es componente esencial del sistema vigente. Los "derechos humanos" son violentados por los "hechos inhumanos". Como testigos de una salvación universal, debemos preocuparnos por el fenómeno de la "exclusión" que falsea el Reino del Dios, al que somos llamados para vivir un proyecto de vida plena.
·         Relaciones eclesiales hoy. La "diversidad" cultural, de género y otras, atraviesa hoy la sociedad y la Iglesia. Con realismo histórico, Pablo nos ofrece hoy claves para ver qué procesos culturales son "excluyentes". La insistencia de Pablo es que la exclusión es cuestión de vida o muerte para el cristiano de toda hora. Sólo el Espíritu del Señor puede hacernos respirar la misma causa de Jesús en la "diversidad" eclesial, con paciencia y buen ánimo. ¿Es Jesús el centro de las relaciones intra y extra eclesiales?
Como seguidores de un Jesús que no excluyó y que aceptó ser excluido para incluir a todos en la salvación, sería un acierto que cada catequista se plantee la salvación universal en clave de espiritualidad y que lo tratemos en grupo bajo la perspectiva de la misericordia, no sólo en sentimientos, oración y palabra, sino también en acciones coherentes.
3.5 FILIPENSES Y FILEMÓN: LA FRATERNIDAD DESDE EL VACIAMIENTO
a. Los destinatarios.- Las cartas a los filipenses y a Filemón son las más familiares de Pablo, las menos cerebrales y las más cordiales y espontáneas. En ellas habla el amigo, el hermano en Cristo Jesús. Ambas (con Col y Ef) forman el bloque de las cartas de la cautividad (Flp 1,12-26; Flm 1,9.10.13).
·         Filipenses: La ciudad de Filipos debe su nombre a Filipo, padre de Alejandro Magno, que la conquistó el 360 a.C. La población de la ciudad era grande debido a los veteranos del ejército que allí se radicaron. La comunidad judía no era numerosa, pues no poseía sinagoga, y celebraba sus reuniones en un lugar de oración (He 16,13), junto al río.
Pablo evangelizó Filipos durante su segundo viaje (50/51), a la que llegó por un el impulso del Espíritu (He 16,6-12). Fue la primera conquista en tierra europea. Según su costumbre, Pablo va el sábado a ver a la comunidad judía, reunida en su lugar de oración. Conmovida por sus palabras, Lidia, mujer pagana, vendedora de púrpura y simpatizante del judaísmo, se convierte y ofrece su casa a Pablo. Ella será la animadora de esta joven comunidad (He 16,13-15).
La evangelización de Filipos se da en medio de una fuerte tensión y conflicto (1Tes 2,1-2; Flp 2,29-30). Pablo es acusado de ser un peligroso propagandista de religiones extranjeras, y por esto es apaleado junto a sus compañeros. Sólo ser ciudadanos romanos les salvan de esta situación peligrosa (He 16,16-40). Esta comunidad queda en el corazón de Pablo por siempre; él, que hacía gala de no aceptar ayudas (1Cor 4,12; 9,15; 1Tes 2,9), la recibió con gusto de los filipenses, cuando éstos se enteran que está en prisión y le envían ayuda por medio de Epafrodito. La carta es de un corazón agradecido (Flp 1,7-8; 4,1.10).
Pablo aprovecha la ocasión y les informa cómo va el anuncio del Evangelio, a la vez que los pone en guardia contra posibles peligros para la causa del Evangelio. Como no todo era luz en la comunidad, los anima a superar las desavenencias e incomprensiones que han surgido (Flp 4,2-3). Pablo se muestra preocupado por la presencia de predicadores judaizantes (3,1b - 4,1.8-9), ya que amenazan la acción evangelizadora del apóstol (Flp 3,2).
·         Filemón: Corta en extensión, pero profunda y bellísima, esta carta es una joya literaria; Pablo la escribió de su puño y letra (Flm 19) y allí aborda el  problema de la relación amo-esclavo cristiano: Onésimo ha huido de casa de su amo Filemón, cristiano pudiente de Colosas ganado para el Evangelio por Pablo. En su huída, Onésimo busca a Pablo, y éste lo convierte a la fe, lo bautiza y desea mantenerlo junto a sí. Con todo, Pablo lo reenvía a Filemón, con una carta de recomendación, dejando la decisión en sus manos. Pablo le pide que acoja a Onésimo como hermano en Cristo; le insinúa que, de ser posible, se lo devuelva, ya que le es de mucha utilidad. Llama la atención el juego de palabras: Enésimo significa "útil" (Flm 11).
b. Clave misionera de las cartas a los filipenses y a Filemón
Sin duda, la alegría es una de las características del catequista, pese a los sacrificios y dificultades. Pablo habla de la alegría "desde la cárcel". Se trata de la alegría que nace de una vida centrada en Cristo (Flp 1,21), de sentir que el Reino crece entre los pobres (1,12-18), que crece la comunidad (2,2; 4,1), que crece el cariño de quienes aprecian el servicio por la Gracia de Dios (4,10).
·         Llamados a examinar, a la luz del Espíritu, la nueva evangelización. Hay un nuevo modelo de Iglesia que debemos desarrollar; Iglesia llamada a encarnar, día a día, a Cristo que camina con nosotros, que nos da su Espíritu, que nos impulsa a no cansarnos de estar con el marginado. Hay una sutil tentación: aliarse con el poderoso (economía, política, comunicación) o querer ser una Iglesia poderosa, para hacer más rápido y eficaz el mensaje cristiano. Esta postura hace vana la encarnación de Dios en Jesús, que aceptó vivir la incertidumbre de la condición humana.
·         La lucha contra el mal. El hoy está marcado por las dependencias. Desde las más personales (dependencia del párroco, del permiso de padres, esposos, hijos, etc.), hasta las más estructurales (dependencia de otra nación, del FMI, del Banco Mundial). Esta dependencia genera atropellos a la vida y formas de opresión. Anunciar la liberación es atacar el corazón de este mal y poner en crisis el sistema que lo genera y mantiene.

3.6 LA CARTA A LOS COLOSENSES: LLAMADO A LA RADICALIDAD
a. la comunidad.- Colosas era una ciudad populosa, grande y rica, dada su industria textil, pero ya en el período romano, su importancia disminuyó debido a la prosperidad de ciudades vecinas como Loadicea y Hierápolis. En tiempos de Pablo, la importancia comercial y social de Colosas estaba desapareciendo.
Cuando se escribió la carta a los colosenses, la población estaba constituida principalmente por originarios de Frigia, además de emigrantes griegos y judíos. Los judíos entraron en esa región antes del siglo I a.C. El panorama religioso se caracterizaba por el culto a Cibeles y a Isis; junto a ellas, florecían el oráculo de Apolo y el culto de Ascaneo y otros ritos de fertilidad que se expresaban por medio de expresiones de alegría y éxtasis; también había una práctica ascética muy conocida en la zona.
La comunidad no nació por acción de Pablo, sino en un período de intensa actividad misionera, hecha desde Éfeso (52-54); Pablo, desde Colosas, y a través de Epafras (1,7; 4,12-13), ayudó a la comunidad.
La referencia al pasado "no-cristiano" de los colosenses obliga a pensar que se trata de paganos convertidos, en otro tiempo idólatras, esclavos del pecado, hostiles a Dios (1,12.21.27), muertos espiritualmente, a causa de sus pecados. En el bautismo experimentan la fuerza de Dios que los lleva a una vida nueva (2,20), les perdona sus pecados (1,14; 2,13) y los resucita en Cristo (3,1). A partir de ahí, se comportan según el designio de Cristo (1,13ss) y son fieles.
Aunque la vida y comportamiento de la comunidad no ofrecía ya motivo de corrección, la carta muestra preocupación por una comunidad que es inocente y poco precavida, lo que puede llevarla a ser desorientada por las falsas doctrinas. La comunidad es puesta en guardia y amonestada sobre la distinción entre las doctrinas verdaderas y las falsas.
La carta no se entretiene en exponer las falsas doctrinas, sino en ofrecer indicaciones para rebatirlas. Era un problema de sincretismo religioso, que se caracteriza por: "La veneración a principados y las potestades" (2,15); El culto a los ángeles (2,18); Imposición en torno a los alimentos y la observancia de festivales, como la luna nueva y el sábado (2,16); Sujeciones humillantes y afirmaciones basadas en visiones (2,18).
b. La clave misionera de la carta a los colosenses
La carta a los Colosenses nos anima a reflexionar la dimensión misionera. En Cristo conocemos el Misterio del amor del Padre, Creador y Conductor de la historia. Como Iglesia estamos llamados a ser sacramento de ese amor. Por eso, ser catequista es abrirse a lo distinto, para ser signos del amor del Padre, para ir, junto a personas de otras religiones y culturas, al encuentro donde todo será "reconciliado en Cristo" (Col 1,20).
·         En la intemperie. Hay que superar la tentación de refugiarse en el mundo de la privacidad y afrontar la intemperie de los que sufren, pero sin caer en la autonomía secular que rechaza la libertad religiosa. Hay otra tentación: el neo-confesionalismo, basado en una subcultura cristiana que tiene los recursos institucionales: centros y medios de difusión propios.
·         El difícil camino del testimonio. "El hombre contemporáneo escucha más al que da testimonio, que al que enseña; si escucha al que enseña es porque da testimonio" (EN). Nadie puede proponerse dar testimonio, eso es algo que emerge por la fe. Hoy nos encontramos frente a la tendencia de reforzar la propia identidad y olvidamos de ser fermento y sal de la tierra, testimonio de la familiaridad con Dios, de la igualdad entre nosotros, del compartir, del amor sin condiciones. Por desgracia, hoy prima vulgaridad, costumbre y mediocridad.
·          Testimonio eclesial. A veces nos falta una vida familiar plena. No se apuesta por lo doméstico, por la vida comunitaria intensa. Así, nuestra tarea catequética es sospechosa de huir del compromiso con la persona de hoy. Misión y comunidad son los rieles por donde avanza el tren de la historia.
3.7 LA CARTA A LOS EFESIOS: PLENITUD DE CRISTO EN UN MUNDO ADVERSO
a. La comunidad.- Por su estilo y forma, más que una carta parece una exhortación para ser leída en la liturgia; luego fue reelaborada como carta. De hecho, el saludo es conciso, la referencia a los destinatarios de «Éfeso» (1,1) es una añadidura y la referencia a Onésimo, parece calcada de colosenses.
Efesios es una carta expositiva, como Rom, pero no parece motivada por los problemas concretos de la iglesia, sino que aborda, sucintamente, el dogma como la praxis cristiana, resumido en la unidad de la Iglesia universal y su papel central en la Salvación. Aunque el problema con los judíos ya no aparece, en cambio, hay una preocupación por el peligro de cismas y herejías. La carta se mueve en un ambiente que cuadra mejor a finales del s. I.
Se cuentan entre las primeras formas que cristalizan los contenidos de la fe cristiana, muchas de ellas anteriores a la tradición escrita; por lo mismo, son cortas y rítmicas, para ser memorizadas. Surgieron en el ámbito de la oración, la liturgia bautismal o eucarística, la catequesis y la evangelización.
La bendición se puede considerar una variación de la doxología propiamente dicha. Su finalidad específica es concienciar sobre el origen divino de una revelación o hecho salvífico, experimentada en el tiempo.
La finalidad de Efesios es clara: que los fieles lleguen a conocer la profundidad del Misterio finalmente revelado, la profundidad insondable del amor de Cristo y la esperanza de nuestra llamada, así como el insondable plan del Padre. La iglesia, pueblo santo, ya tiene conciencia de ello (3,18), pero necesita el don de “un espíritu de sabiduría y revelación” (1,17) para comprender su consumación, su "plenitud". Esta experiencia del "conocimiento es fruto de la Revelación.
Efesios deja de lado la visión histórica de la salvación, y parte de lo que sería ya conclusión: la exaltación de Cristo sobre la tierra y los cielos ha consumado el misterio primordial que es la voluntad salvífica del Padre (1,11), consecuente con su obra creadora (3,9). Esta voluntad hace de Cristo, cabeza de la iglesia y del cosmos (1,18-20). Para describir la iniciativa del Padre, raíz de la salvación, se usa el término "plenitud" (1,23; 3,19), expresión de la dinámica divina, que fundamenta lo creado y lo ordena hacia la consumación salvadora (1,23).
La Cristología de Efesios pone en primer plano la relación salvífica de Cristo crucificado y resucitado con la comunidad que espera la Parusía. Cristo actúa en el creyente, no sólo resucitándolo en la parusía (Rom 6,5ss), sino comunicándole el Espíritu y la vida nueva (Rom 6,4.11; 2Cor 5,17-18; Flp 3,10).
La exaltación de Cristo es primordialmente cósmica; se trata de un hecho definitivo y consumado, realización del plan salvífico del Padre. Cristo ha sido entronizado por encima de todo lo existente y de todas las épocas, lo penetra todo, lo domina todo, lo consuma todo (1,10) en la plenitud de Dios.
En 1Cor y Rom, Pablo compara la iglesia con un cuerpo para explicar las relaciones entre fieles. En Efesios está en primer plano la relación de Cristo y la Iglesia. La exaltación de Cristo a la diestra de Dios comporta la sujeción a Cristo de todo tipo de poder (1,22), lo que lo hace Cabeza de la iglesia, que a su vez participa de la plenitud de Cristo. Cristo y la iglesia no pueden separarse.
b. Claves misioneras de la carta a los efesios
La comunidad nace de la acción del Espíritu y es enviada a anunciar el misterio de Cristo, colaborando con la transformación del mundo. Efesios expone la identidad de la comunidad "unida en una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos que está sobre todos, por todos y en todos" (4,6). La comunidad es posible porque Cristo, quitando toda barrera que separa, ha hecho de ella un solo pueblo (2,14-16). La unidad exige empeño para construir relaciones fraternas, reconciliación y testimonio de amor a un mundo dividido.
·         Presencia de Cristo en el mundo y la historia. El catequista no puede reproducir totalmente la santidad de Cristo; Él supera nuestra realidad. Esto, lejos de desanimarnos, es motivo de optimismo, porque significa que fuera de la iglesia no sólo hay maldad, sino también la esperanza que da el Resucitado.
·         Buscar la verdad. El ateísmo hoy, debe ser leído en un contexto amplio: hay politeístas, panteístas, deístas. Hay que leer la realidad, intentando descubrir, tras la ambigüedad de tantas personas, una actitud sincera de búsqueda de la verdad. Nuestra sociedad se caracteriza por el resurgir de localismos y regionalismos, con frecuencia marcados por la violencia. Esto marca también a la Iglesia. Es difícil buscar la unidad, pero hay que hacerlo, a través del diálogo que reconoce al otro, en su autonomía e individualidad.
3.7 Timoteo y Tito: INSTITUCIONALIZAR LA MISIÓN
a. Los destinatarios.- Estas cartas pastorales fueron escritas a dos discípulos: Timoteo (1Tim 1,3) y Tito (Tit 1,5). 2Tim es posterior, pues aparece con la característica de "discurso de despedida", que describe a Pablo prisionero (2Tim 1,8), "a punto de ser derramado en libación" (4,6) y abandonado por los que han sido sus compañeros (4,10). En las Pastorales encontramos diferencias profundas con las cartas auténticas: casi han desaparecido términos como "cruz", "gloriarse", "cuerpo", "carne", "libertad". Por otra parte, el lenguaje y construcciones típicamente paulinas se emplean de manera distinta y con otra finalidad: la justicia asume una connotación ética; la fe se convierte en una virtud; la Epifanía toma el puesto de la Parusía.
Estas cartas surgen durante una aguda crisis de las comunidades paulinas helénicas (Tit 3,3), en las que está ausente Pablo. Ante esta situación, una voz autorizada escribe las tres cartas, para garantizar la pureza de la tradición dejada a unos encargados de continuar la misión realizada por Pablo.
A diferencia de las cartas autenticas de Pablo, en las Pastorales descubrimos preocupaciones de una época distinta a la primitiva comunidad: los cristianos ya no vibran tanto ni tienen tan viva la tensión de la Parusía; Términos como "inmortalidad", que en 1Cor 15,53 era a futuro, ahora indican una realidad que ya tuvo lugar con la "manifestación" del Jesús mortal (2Tim 1,10). Por otro lado, se plantean problemas en torno a la estructura de la comunidad (ministerios eclesiales), propia de una comunidad que espera durar por un tiempo largo.
La nueva preocupación es acomodarse a la cultura de las grandes urbes greco-romanas. La lista de deberes familiares nos remite a un ambiente de diálogo con la filosofía popular, cuyos valores éticos frecuentemente se unían a dicha cultura. En ese diálogo se busca mantener la especificidad cristiana.
La familia es de tipo patriarcal: el marido es padre, esposo de una sola mujer, educa a sus hijos. Hay preocupación por las viudas, privadas de ese referente familiar fundamental. El autor aclara el rol de la esposa, subordinada al marido. Si se trata de familias con esclavos, se recomienda que ellos se sometan a sus amos. Ocupan lugar importante las familias ricas: las mujeres ricas, por su disponibilidad de bienes, son invitadas frecuentemente a hacer "obras buenas".
Hay una manifiesta preocupación por el "orden eclesial" que lleva a elaborar listas que mencionan las condiciones del obispo, presbítero y diácono, y sus deberes respecto a la comunidad. Sin embargo, algunas condiciones son comunes a los diversos ministerios. Las mayoría de deberes del diácono coinciden con el obispo (1Tim 3,8-13; 3,1-7) y algunas de éste no tienen nada de específico frente a ciertos deberes personales (Cf. Tit 2,1-10).
El rol de la mujer en la Iglesia.- Dentro de la sociedad patriarcal greco-romana, surge una imagen ambigua del rol de la mujer en la Iglesia. Por un lado, hablando de los diáconos se dice: "Las mujeres igualmente deben ser dignas, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo" (1Tim 3,11); son, por tanto, candidatas al diaconado, capaces de desempeñar una función en la Iglesia.
Sin embargo, en consonancia con el contexto patriarcal, se le impide dejar su rol subordinado al hombre: "porque Adán fue formado primero, y Eva en segundo lugar. Y el engañado no fue Adán, sino la mujer" (1Tim 2,13-14a). La subordinación impide su acceso a la enseñanza y lleva a concebir su función en exclusivo ordenamiento a la maternidad.
b. Claves pastorales de la Cartas pastorales
Ese es el desafío para los catequistas. Debemos estar atentos para no acomodar la pastoral al medio social o al interés de la institución. Ello apagaría el fuego del Reino.
·         El nuevo modelo socio-cultural. Asumir el modelo jerárquico de la sociedad civil, en el funcionamiento eclesial, expone a la Iglesia al límite de tal modelo. ¿Cómo vemos el momento actual de Iglesia desde nuestra misión? No podemos dejar de dialogar con la sociedad y las culturas. Hemos de ser sensibles a los cambios socio-culturales, sin ahorrarnos el discernimiento desde la inspiración original del Evangelio (el Reino), a fin de no depositar "el vino nuevo en odres viejos". Hoy la sensibilidad histórica, el diálogo y el discernimiento han de agilizarse, pues ya no vivimos en "época de cambios" sino en "un cambio de época".
·         Tiempo de nuevas ofertas y demandas religiosas. Hoy vivimos nuevas expectativas, búsquedas, demandas religiosas y sentidos humanos. Hay nuevos movimientos, caminos, espiritualidades, sectas y éticas, en continentes, países, zonas, sectores o barrios; por clases, culturas, religiones o creencias; por situaciones económicas, sicológicas, etc.
·         Los ministerios laicales. Cambian los paradigmas, lugares, migraciones, etc. que alteran los gustos y las costumbres; cambian los modelos socio-culturales y las necesidades vitales. En esta "movilidad" acelerada se dan nuevas necesidades a las que los ministerios eclesiales no responden. Pueden ser muchas las necesidades, para las que nunca hubo ministerios en la Iglesia; viejas necesidades siempre "nuevas".... Nuevos ministerios deben crearse para necesidades desatendidas... "La hora de los laicos", tantas veces decretada en la Iglesia, sigue esperando...
·         Sobre el rol de las mujeres en la Iglesia. Hoy ha cambiado la conciencia del rol de la mujer en la Iglesia. Se globaliza la irrupción de las mujeres como sujeto histórico, personal y colectivo, en todos los ámbitos de la vida social. Sin embargo, son rígidos los esquemas que marginan a la mujer en culturas, religiones y costumbres, que afectan aún un alto porcentaje de la población mundial. Hemos de mirar de cerca cómo están ahora los esquemas y costumbres socio-culturales sobre el rol de la mujer en la comunidad familiar, civil y religiosa.   



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