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sábado, 2 de abril de 2011

LOS LAICOS EN LA IGLESIA EN ECUADOR

José Mario Ruiz Navas, Arzobispo emérito de Portoviejo


A los laicos no se les reconocía identidad propia.

En  el Código de Derecho Canónico publicado en l917 los laicos eran definidos como los no clérigos.
Pío XI, adalid de la Acción Católica,  consideraba a los apóstoles laicos, como “mano larga de la Jerarquía.”· No actuaban por su identidad propia.  Eran espectadores de la vida de la Iglesia.  Todavía  los laicos siguen siendo en algunos ambientes  meros espectadores, o como los militares  “obedientes no deliberantes”,  sin derecho a expresar lo que el Espíritu les sugiere.  La Iglesia, con sus derechos y obligaciones, se reducía  - se reduce todavía  en muchos ambientes -  al Clero.

En la exposición de algunos principios doctrinales,  señalaré otros elementos de la realidad anterior al Concilio Vaticano II

Ecuador,  país fuertemente religioso, débilmente evangelizado.

Muchos ecuatorianos acudimos a Dios, para que El haga lo que le pedimos. Relativamente pocos acudimos a El, para  escuchar lo que nos pide para nuestro bien. La piedad popular es un grande tesoro, pero muy necesitado de ser evangelizado.
Hasta antes del Concilio, y aún hoy en algunos ambientes, * La catequesis se reducía a una enseñanza - aprendizaje de fórmulas  * Se celebraban los Sacramentos – exceptuadas la Primera Comunión y el  Orden - sin catequesis previa,.
 Había  cuatro  explicaciones de esta dos fallas:  -  La fe se reducía a conocer  de memoria fórmulas doctrinales -  Se suponía que el encuentro con Cristo y el seguimiento a El realizaban en la vida familiar. - La falsa interpretación de la frase conciliar tridentina “Sacramenta propter homines”,-  La catequesis exige esfuerzos, también,  el económico.  
* Había relativamente pocos catequistas; éstos preferentemente  en los centros parroquiales. 
*  La separación entre “fe” y vida tiene varias causas; la reducción de catequesis  a enseñanza – aprendizaje es la primera.
 *   Moral individualista e intimista.  El sexto mandamiento era – de hecho – considerado el primero.  La justicia estaba devaluada, contradiciendo la enseñanza de  Jesús y la doctrina extraída de esas enseñanzas por los Padres de la Iglesia.
Porque catecismo se confundía con enseñanza teórica, algunos “educadores católicos” se opusieron a la Ley de Libertad Educativa de las familias.  Habían olvidado que educación católica es proposición en todas las materias  del proyecto de Dios, personificado en Cristo,  para  el hombre, la mujer y la sociedad.;  no es sólo enseñanza teórica  de doctrina.

Habiendo reducido la catequesis a enseñanza de fórmulas doctrinales, se requería – entonces -poca preparación de los Catequistas.
Se resistió – y en algunos ambientes se resiste aún – al adoptar el método seguido por  Cristo en la evangelización.   Cristo partió de la realidad- iluminó la realidad con el plan de Dios y  llamó a la conversión, es decir a orientar la vida de acuerdo a ese plan.  Ver – Juzgar – Actuar.
Algunas excusas: * La  realidad cambia.  “Los hechos expuestos en los libretos catecismos, si sirven en la Cosa, no sirven en la Sierra y Oriente”  Se exponen hechos para invitar al catequista que descubra en su medio  hechos similares.
* Exige una preparación que no todos los catequistas pueden realizarla.

Después del Concilio, inicialmente, se multiplicaron con ligereza catecismos,  algunos de ellos,  alejados de la ortodoxia.. La pluralidad de catecismos, debida en algunos casos, también,  a motivaciones económicas,  favoreció a las sectas..

Religión y moral individualistas.

Antes de la renovación conciliar, sin negar la relación de hermanos con Dios se
insistía en la relación individual: Dios “mi salvador personal”; “mi alma” Se privilegiaba el recurso a la conciencia personal, descuidando la interrelación  existente entre la persona y la sociedad.  Algunos prestantes guías espirituales
no aceptaban siquiera hasta hace pocos años que se hable de “pecado social”.

En este contexto ideológico la moral se ocupaba principalmente de la relación individual con Dios y del sexto mandamiento.  La justicia quedaba en la sombra.

Insuficiente pastoral del conjunto y de  corresponsabilidad.

Cada Obispo y cada Párroco se siente y actúa  - es fuerte decirlo- como en un feudo.  La Parroquia se llama “comunidad”, sin serlo; pues entre 10.000 bautizados o más, que no se conocen, no se relaciones dando y recibiendo no puede haber la comunidad de los Hechos de los Apóstoles.


Surgimiento de valores sociales no asimilados

Hasta fines del siglo XIX el campo del saber humano estaba ocupado casi exclusivamente por la filosofía, la teología, las matemáticas; espacios en los cuales el clero era el experto y el laico el ignorante. Por esta limitación se acuñó la expresión “yo soy laico en esta materia”, para indicar que no la conocía.  Por supuesto hubo laicos que se distinguieron en diversos campos del saber.
Llegó entonces  a Ecuador de manera notable el conocimiento de las ciencias. En  las ciencias el laico es el experto. Surgió una desgraciada pugna entre algunos miembros del clero, que quisieron seguir actuando como monopolizadores  del saber y entre algunos laicos, que  encontraron en este nuevo espacio posibilidades de revancha;  y excluyeron al clero del campo del servicio educativo.
La educación fue el campo en el que - por falta de diálogo –comenzaron a formarse dos Partidos contrapuestos: El Partido liberal, a diferencia del Conservador, afirmaba, y sigue afirmando, que el Estado es el único con derecho de educar.  En el campo económico defiende la libertad; en el  campo educativo defiende el estatismo; que en educación pretende  un lavado de cerebro
Otro campo que diferencia a los dos Partidos, aunque en menor intensidad, fue y es  el campo de la familia.

La propiedad privada era también uno de los valores más apreciados. El Clero era dueño de grandes bienes, destinados a la educación, a la salud y a la
beneficencia; servicios, que actualmente son atendidos por  tres Ministerios del Estado. 
En los inicios del siglo XX, no se discutía la propiedad privada. Sólo se cambiaron los dueños.  Los revolucionarios de entonces se apropiaron, para su beneficio, de escogidos bienes, de los que el  Clero era propietario para los citados servicios; destinaron los bienes restantes a la Beneficencia Pública, confiada a la administración de amigos y seguidores.

La dependencia  de los servicios  eclesiales de las  citadas propiedades,  casi todas   rurales,  dificultó la apertura a reformas económico  sociales.. Después del Concilio la Conferencia Episcopal Ecuatoriana  se adelantó en un año a la Ley de Reforma Agraria de la Junta Militar.  El Cardenal Del la Torre inició la reforma en propiedad de la Arquidiócesis de Quito en Los Chillos.  En 1963 la Conferencia Episcopal  promulgó una carta  pastoral, pidiendo la reforma agraria.

Laicidad y laicismo.

 Laicidad es la independencia del Estado de todo credo religioso; independencia unida al respeto a los diversos credos. En la concreción de este respeto  la laicidad del Estado ha de tener en cuenta el servicio social y la proporción de los adherentes a los diversos credos.
Laicismo  es la negación del influjo de los  credos religiosos en la vida social y política. El Laicismo en Ecuador sí se opone a un credo en una intensidad proporcionada al número y fervor de los creyentes.  Los laicistas se oponen más a la fe cristiana católica.
A diferencia de otros países hermanos de América Latina, Ecuador es uno de  los tres países históricamente más marcados por el laicismo. 
Los laicistas ecuatorianos escogieron el campo educativo, como primer campo, del que había que excluir la religión;  el segundo campo escogido fue el de la familia.


PRINCIPIOS DOCTRINALES 

1)    Identidad de Cristo.

Siempre ha habido la dificultad de ver a Cristo como Hijo de Dios y al mismo tiempo como plenamente Hombre. Viendo en Cristo sólo al Hijo de Dios o sólo al hombre, al “primer socialista”, es fácil seguirlo, ya sea sólo con oraciones, unos, ya sólo con nuevas estructuras, otros.
Los laicistas del siglo XX y actualmente los del siglo XXI, si nos limitamos a “orar maquinalmente”, sin el impulso, que la auténtica oración origina  para construir un mundo de hijos de Dios y hermanos de los hombres, nos dejan tranquilos.
Los laicistas del siglo XXI desligan al Hijo de Dios de la renovación o creación de nuevas estructuras; varios de ellos no ven, o niegan que la fe en Dios Padre y en Cristo hermano motive a la renovación, o la creación de nuevas estructuras. Prefieren motivar la justicia con la lucha de clases.  Quieren un Clero callado, amendrentado!

2) Identidad de la Iglesia, de Clero y de Laicos antes del Concilio

Como reacción a  la reforma protestante, que dejó en la sombra magisterio, sacramentos y gobierno, y exaltó el sacerdocio común de los bautizados, los católicos exaltamos la distinción entre laicos y clero, al punto de actuar como si la Iglesia estuviera formada solo por el clero y como si los laicos fueran meros espectadores.

Se había obscurecido la identidad de la Iglesia. No se la descubría en las comparaciones bíblicas: La que  hizo Jesús  con un arbusto, cuyo tronco es Jesús y cuyas ramas, participantes de su savia, somos todos  los bautizados, o la que hizo Pablo (1Cor.12,12) con un cuerpo, cuya cabeza es Cristo y cuyos miembros, todos con su función especifica, somos los bautizados.  Se  confundía  la Iglesia con el Clero. 
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En Ecuador, porque lo religioso era una realidad social tan prevalente que parecía única,  el servicio al mundo, la política  partidista giró en torno a lo religioso.  Como una consecuencia,  el clero en cierto sentido invadió la autonomía interna del mundo, en particular, de la política partidista.
Los Laicos quedaban reducidos a espectadores, sin libertad de iniciativa, sin responsabilidad propia; eran cola del Clero, “curuchupas”,
No se reconocía a los Laicos una identidad  propia; se los consideraba, en palabras de Pío XI, “mano larga de la Jerarquía”

Los Laicos y Clero estaban generalmente contentos con esta identidad  recortada: Los miembros del Clero, porque  aparecían como jefes, los Laicos, porque no se comprometían.  Las pequeñas comunidades de los Hechos de los Apóstoles son reiteradamente  propuestas y pedidas, pero hay  una sorda resistencia.


3)    Renovación conciliar en las fuentes  BÍBLICA Y PATRÍSTICA

El Concilio Vaticano II en la Constitución acerca de la Iglesia vuelve a las fuentes y afirma a/ La Iglesia está formada por todos los bautizados  Todos los bautizados participamos de la vida de Cristo, como las ramas participan de la savia del tronco. (Juan 15). Pablo dice lo mismo con la comparación del cuerpo, del cual Cristo es Cabeza y los bautizados somos miembros. (1Corintios 12,13) (Const. Iglesia nº2)

b/ Cristo tiene la vida de Hijo de Dios, hecho hombre. Todos los bautizados participamos de esta vida; por eso todo miembro de esta comunidad llamada Iglesia participa y debe cultivar la vida divina y la humana.

c/  La Iglesia es comunidad, pueblo peregrino, hoy y aquí, en la tierra, hacia lo eterno, a la casa del Padre, entre luces y sombras, guiada por el Espíritu.. La  Iglesia no es una asociación sostenida por la voluntad y empeño de sus afiliados. Es cuerpo de Cristo, porque está animada por el Espíritu Santo. (Const. Iglesia nº 48)

d/  En esta comunidad, que es como un cuerpo, además de la inserción común de todas las ramas en el tronco, además de que todos los miembros participan de la misma vida, hay en ella  miembros con una inserción especial en Cristo, ordenados para un servicio que tiene dos funciones inseparables: el magisterio y el gobierno. (Const. Iglesia nº 27 )

e/  Los que ejercen el magisterio y el gobierno están a servicio del pueblo de Dios. (Const. Iglesia nº18)

f/ Los llamados y ordenados para el servicio del magisterio y gobierno tienen como tarea principal  1. Predicar el Evangelio (Const. Iglesia 25)  2. Celebrar los Sacramentos (Const. Iglesia nº 26)  3. Regir  (Const. Iglesia nº 27)  En  resumen, tienen la tarea prioritaria de cultivar lo divino, lo espiritual; tarea  con la que consolidan lo humano, abriéndolo a perspectivas de totalidad y de eternidad:  El más allá se prepara hoy y aquí.

g/ Los Laicos (hay que revaluar la palabra), como miembros del Pueblo de Dios, participan de la misión salvífica de la Iglesia (Const. Iglesia nº 33) Tienen como tarea principal lo humano, lo temporal, el hoy y el aquí, abierto a la totalidad, a lo eterno. La consagración del mundo, “no sólo a través de la Jerarquía .

h/ Clero y laicos, porque participan de la misma vida de Cristo y forman una y única comunidad,  han de actuar en intercomunicación: los laicos no solo han de recibir orientaciones del magisterio, sino también han de dar a éste elementos de la cambiante realidad. (Const. Iglesia nº 34 y 35)).

Exigencias  reales de renovacción después del  Concilio
a)  En general

1.    A clérigos y laicos nos cuesta vivir según la Palabra de Dios. Nos cuestan dialogo y corresponsabilidad. .  Nos cuesta el respeto de las tareas específicas. Nos cuesta aceptar la autonomía interna de lo temporal. Nos cuesta dialogar; es decir, reconocer que laicos y clero tenemos algo propio que dar y recibir.
Somos altos para los socialmente  pequeños y pequeños para los altos. Abandonamos a los que hemos formado,  cuando éstos llegan a un nivel relativamente alto,, educativo, económico, político; los reciben generalmente los indiferentes ,u opuestos a la visión cristiana del hombre y del mundo.

2.    La Iglesia, comunidad de bautizados, ha creado nichos propios: colegios,      
     universidades, medios de comunicación, exigidos por la falta de cristianos     
     levadura y por la oposición de las estructuras.
En los nichos propios, no habiendo contrastes, no se ejercita el testimonio; ha, casi, desaparecido la Juventud Obrera Católica, Juventud Universitaria Católica, la Unión de Empresarios Católicos. Además, después del Concilio, hubo crisis de identidad sacerdotal y los sacerdotes abandonaron la animación de movimientos de apostolado laical.

3.    Hemos pasado de una exagerada unión entre las tareas de los laicos y del clero a una separación y desconocimiento mutuo entre la tarea del clero y la política, la ciencia, el arte, la técnica.

4.    El apostolado de los laicos es prevalentemente intraeclesial.
Ausencia de la orientación de la fe cristiana en la vida económico social y   política.

5.    Han surgido movimientos que, dando primacía cercana a la exclusividad a  lo espiritual,  dejan en la sombra el compromiso en la política, la economía, el arte, etc.
Urge la colaboración, no en sujeción, sino en diálogo.

b)   Exigencias de renovación n la Catequesis
  1.  Sugerir mejoramiento permanente del material catequístico con aportes
      Concretos experimentados.

2. Preparación permanente de Catequistas. * Es imposible la participación de          
      todos en Universidades, o Institutos          * Hay que formar a algunos,   
      elegidos por su testimonio, para que se formen en Institutos, o cursos
      especiales, con el  compromiso  serio de servir, al menos, durante dos años
      en la Parroquia, o en la Diócesis.            * Todos  pueden y deben formarse
       en la acción.   En qué consiste la formación en la  acción? -En preparar
      cada  encuentro o tema – En revisar cada encuentro realizado.- Reunión
      de Catequistas de la Parroquia, o de la zona, para ahondar la asimilación
      de los contenidos y la  metodología.
      
3.   Alguna  vez al año asamblea  parroquial , mejor, diocesana de Catequistas 
       con un tema encargado a Parroquias o zonas.  La asamblea tiene valor en
       si misma, por el mutuo aliento , que ofrece un encuentro de personas con
       ideal común.

4.     Motivar a que se respeten los períodos y tiempos de preparación. Para los casos excepcionales debiera haber catequistas especiales.

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